jueves, 12 de mayo de 2016

Gerard de Nerval. -El desdichado-

                                                                               
                                                                             

Yo soy el tenebroso, el viudo,
el desdichado príncipe de Aquitania de la torre abatida:
mi sola estrella ha muerto, y mi laúd constelado
va mostrando el sol negro de la Melancolía.

En la noche mortuoria, tú que has sido un consuelo,
vuélveme el Pausilipo y el viejo mar de Italia,
la flor que tanto anhela mi corazón herido,
y el árbol donde se unen el pámpano y la rosa.

¿Soy Amor o soy Febo?... ¿Byron o Lusignan?
Mi frente aún está roja del beso de la reina;
he soñado en la gruta que alberga la sirena…

Dos veces con éxito he navegado el Aqueronte:
modulando a intervalos en la lira de Orfeo,                          
las voces de la santa  y los gritos del hada.

                                                                               
                                                                Gerard de Nerval

Nerval penetra en el ensueño romántico con particular agudeza, su intuición siempre está en busca del origen de los mitos y los misterios de la vida y de la muerte. Él era consciente de que el poeta al poseer la fuerza de la intuición directa comprende a la Naturaleza mejor que el sabio; la razón como instrumento es insuficiente para penetrar en la intimidad de los fenómenos.
             -Novalis en sus fragmentos- escribe "El poeta es un mago" "Escribir un poema es engendrar".
             -Gerard de Nerval decía que la imaginación le aportaba delicias infinitas, sus alucinaciones no eran las de un loco, la genialidad de Nerval consistía en la facilidad con que exploraba y se sumergía en las tinieblas del yo, bucear en esas profundidades en busca del camino de retorno que te conduzca al paraíso, pero también puede conducirte a las profundidades del abismo, En esas latitudes el alma se desliza por el filo de la navaja, entre los destellos de la luz astral que anticipa la eternidad, o el cruel castigo por pretender conocer la verdad a cualquier precio.
             -Gerard de Nerval espíritu puro, se ahorcó en una farola de una sórdida calleja de la Vieille Lanterne el 26 de enero de 1855. Su gran imaginación se abstraía de su entorno aniquilando por completo la realidad exterior. Gerard no estaba loco, sencillamente no pertenecía a este mundo.

                                                                           







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