martes, 11 de octubre de 2016

Oración o meditación. ¿Qué es lo mejor para estos tiempos?



Desde el siglo pasado se ha escrito mucho sobre las técnicas de meditación, los mayores seguidores de la meditación son los modernos y postmodernos, les gusta y atrae mucho estas prácticas, y algunos muy pocos, las suelen practicar de vez en cuando, es llamativo comprobar que cuanto más se extiende esta moda, más crece en el mundo el agnosticismo y el materialismo. A lo largo de mi vida he conocido a muy poca gente que la meditación fuese una práctica habitual y metódica en su vida cotidiana, hay curas postconciliares que la practican en sustitución de los ejercicios espirituales. También he conocido a gente que ha realizado periódicamente retiros para meditar una o dos veces al año, recuerdo a un volteriano que citaba de memoria frases hechas del diccionario filosófico de Voltaire y que practicaba la meditación zen y era totalmente agnóstico; hay budistas que también son ateos y suelen tener en común el introducir y rechazar por completo la devoción en su vida mental, aunque suelen compadecerse de sus hermanos inferiores (los animales) también son vegetarianos y muy respetuosos con el medio ambiente. Hay políticos, empresarios e intelectuales que practican la concentración, la meditación y la dieta rigurosa, pero suelen practicar más la autojustificación y la complacencia. 
            -Desde mi punto de vista, el que medita, tiene que intentar introducir la devoción en su vida mental, cuando un espacio de tu mente lo cubres de naturaleza sagrada, es cuando todos tus movimientos en la conciencia impiden que entren en tu mente la crítica destructiva, el desprecio o la indiferencia. Lo profano y laico es el signo principal de esta era, por general lo sagrado suele ser rechazado cada vez más. El ideal ha bajado en gradación, la brillantez y el reconocimiento social, la apariencia y los actos vacíos y artificiosos han ocupado el espacio que antes ocupaba la devoción. 
             -Revisando unas notas de Mircea Eliade -Inmortalidad y Libertad- he recordado unos párrafos que son en sí mismo por su sencillez un tesoro para poder recuperar de manera devocional y eficazmente el camino interior tradicional en la búsqueda de la verdadera liberación, teniendo encuenta de que no estamos en la era de Perícles y que la gran mayoría de seres humanos estamos rodeados por la gran oscuridad espiritual que impregna el materialismo y el laicismo, fruto directo de lo que ellos llaman "Siglo de las Luces". La humanidad está enferma, desequilibrada y sufriendo como nunca antes en la historia por culpa del materialismo ilustrado, es por tanto que muchos necesitan de fórmulas sencillas y sagradas para poder avanzar y vislumbrar una pequeña luz en la oscuridad que pueda servir de orientación y salvación para aquellos que han tocado fondo y no están para técnicas de concentración y meditación de filosofías orientales que requieren un estado de ánimo del que carecen y lo que necesitan es una escala que les ayude a salir de hoyo en el que han caído.
               -La meditación laica, precisa de un gurú o maestro que guíe al adepto, por regla general el adepto confía ciegamente en su gurú, y suele rechazar toda metafísica relacionada con deidades angélicas o devas superiores de planos más elevados, sí aceptan la presencia de seres humanos más elevados como maestros o gurús que se encuentran en fases más elevadas que el adepto. Este tipo de metafísica es aceptada pues para ellos la verdadera divinidad es el ser humano que algún día se convertirá en Dios, sin tener que dar cuentas y mucho menos pedir o rogar ayuda a ningún tipo de deidad que pueda echarte una mano en el difícil camino de la liberación; la admiración es sustituida por la devoción. La mentalidad darwinista y freudiana está muy arraigada con el modernismo, cada cual puede valerse por sí mismo, "nadie necesita de nadie" y mucho menos de absurdas metafísicas angélicas propias de tratamiento psicoanalíticos en un cómodo diván. Viéndolo así, y desde el punto de vista de un creyente, algunos se adentran de forma temeraria en los abismos del inconsciente.
               -Regresemos a la sencillez, hay que tener en cuenta que en la actualidad la gran mayoría de las personas con las que convivimos, muchas de ellas están sumidas en conflictos y graves contradicciones, amén de dolencias y pensamientos negativos que hacen de ellas el blanco perfecto para que las influencias destructivas del mundo exterior les ataquen debilitando la mente y el espíritu hasta hacerles enfermar. ¿Cómo le explicas a un individuo en estas circunstancias, que debe gobernar su mente, para que ella no le gobierne?
               -En esta vida cotidiana tan horrible, cómo se puede ayudar a una persona con una mente debilitada y desintegrada, y seguidamente pedirla que sea receptiva y pueda llegar a comprender los principios y las técnicas muy elaboradas de interiorización, concentración, visualización, vacuidad mental, ordenación y acondicionamiento del subconsciente, ya que todos estos pasos son previos y necesarios para adentrarte en las técnicas de meditación.
               -Ya sabemos que la meditación la puede realizar cualquier ser humano aunque este no sea creyente y el sentido que tenga de la sacralidad sea nulo.

                                                                         
             

 -Muchos son los que tienen una mente vigorosa y les resulta muy fácil orientar su búsqueda en la quietud interna y creer que logra por un tiempo la permanencia en sí mismo, las experiencias, logros y conocimientos puede ser una trampa si no distingues lo permanente de lo transitorio, si no eres creyente y careces de devoción puedes llegar a conseguir grandes logros en los planos de la mente concreta, pero sólo son logros en los que por su propia naturaleza te impedirán buscar los caminos de la verdadera liberación. En esa situación de gran fortaleza, el narcisismo te obligará a olvidarte de tus semejantes que también buscan la liberación y la felicidad, aunque el estado de conciencia de muchos de ellos es confuso, ya que han olvidado el sentido y la orientación que han de dar a sus vidas, aunque desde el interior de su ser, todos intuyen que su destino no es el miserable y mezquino que nos quieren imponer en este mundo ilusorio.
               -Muchos de ellos en su ser interno saben también que tarde o temprano un día emprenderán el mismo camino que el tuyo -gran hombre de mente poderosa e ilustrado-  Es por tanto que tienes la obligación moral de ayudarles y tratar de orientarles dándoles ánimos y esperanzas con fórmulas devocionales sencillas y efectivas en las que puedan dar sus primeros pasos en el difícil camino de la liberación.


                                                 


Busca el silencio del espíritu, poco a poco evita todos los pensamientos, intenta fijar la atención en las profundidades del corazón y decir: "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi" empieza repitiendo esta oración, poco a poco, como el niño que empieza a andar, repítela cien veces, luego mil, sigue a cien mil, y así hasta que incluso durmiendo, andando, corriendo, hablando o relacionándote en la vida cotidiana, que se encuentre latente en tu corazón y en tu mente constantemente, en tus ratos de soledad realíza esta oración con los ritmos respiratorios. Pasados los años cuando tu vida haya sido encauzada y posiblemente te conviertas en un prodigio de mente poderosa esta oración nunca te abandonará. Pedro

Vosotros deseáis ardientemente obtener la grandiosa y divina «fotofanía» de nuestro Salvador Jesucristo; vosotros que queréis aprehender sensiblemente en vuestro corazón el fuego más que celestial; vosotros que os esforzáis por obtener la experiencia sentida del perdón de Dios; vosotros que habéis abandonado todos los bienes de este mundo para descubrir y poseer el tesoro oculto en el terreno de vuestro corazón; vosotros que queréis desde esta tierra abrazaros alegremente a las antorchas del alma y, para ello, habéis renunciado a todas las cosas presentes; vosotros que queréis conocer y tomar con un conocimiento experimental el reino de Dios presente ante vosotros, venid para que yo os exponga la ciencia, el método de la vida eterna, o mejor, celestial, que introduce sin fatiga ni sudor a aquel que la practica en el puerto de la apatheia.

Irénée Hausherr El método de oración hesicasta "Orientación Cristiana", Volumen IX, 2, Roma 1927, página 102, profesor de Patrística y la espiritualidad cristiana oriental en el Pontificio Instituto Oriental de Roma.







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